- APUNTES DE ACTUALIDAD - SECUESTRO SIMBÓLICO

28.05.2021

Ayer desayunamos con la noticia de que a petición de Vox, se aprobó en el pleno del Ayuntamiento de Murcia que desde mañana se cante el himno de España en las aulas al comienzo de las clases, figure un retrato del rey en cada aula y ondee la bandera española a la entrada de cada centro educativo. Es necesario mencionar que la medida se aprobó con el beneplácito de PP y Ciudadanos, que decidieron que era buena idea en medio de la polémica con los indultos añadir más leña al fuego del escenario político en España y secundar la ocurrencia del partido de Abascal.

La noticia en sí no tiene mayor recorrido, ya que la foto del rey y la bandera ya están presentes en buena parte de los colegios, y "lololear" el himno de España tampoco es que vaya a generar ningún trauma a largo plazo a los niños, pero supone un ejemplo más del grado de secuestro al que el sector conservador en España tiene sometidos a los símbolos constitucionales. No nos equivoquemos: no se proponen estas medidas con el fin de generar una mayor cohesión social entre la población en un momento donde quizá tengamos la sociedad más fracturada y polarizada desde la guerra civil, sino justo lo contrario.

El uso que se ha dado especialmente en los últimos años a los símbolos nacionales como la bandera, el himno e incluso la institución de la monarquía por parte de este sector podría resumirse bien en aquella célebre frase atribuida a Unamuno: "venceréis, pero no convenceréis". En efecto, estos símbolos están recogidos en la Constitución y en teoría son comunes a todos los españoles, no habiendo alternativa ya que se supone que son símbolos de consenso. En lo que respecta al orden jurídico, siempre vas a salir perdiendo si te enfrentas a ellos o los criticas, y mucho más si los ultrajas. Pero jamás se ha tratado de convencer a quienes no se sienten identificados con ellos de que también son sus símbolos, de que nos representan a todos los españoles, y a un Estado que nos trata a todos por igual. Quizá el problema esté en que esto último no es cierto.

En lugar de ello se imponen estos símbolos desde una posición de superioridad y a menudo con delirios de grandeza y exacerbación de la españolidad, llegando a constituir más que patriotismo, una muestra de nacionalismo, en este caso español (que también es un nacionalismo). Incluso tratan de imponerse a modo de instrumento punitivo contra quienes ellos consideran "enemigos de España". Se hace cantar el himno como quien tapa la nariz al niño para que abra la boca y se trague las lentejas.

Esta ocurrencia (no puedo evitar seguir llamándola así) no soluciona absolutamente nada. De hecho pretende generar un debate que no viene a cuento. Porque no se trata de, como yo mismo decía en un tweet a modo irónico "usar el PIN parental para que nuestros hijos no canten el himno", lo cual legitimaría el propio PIN parental. Es una contradicción más de quienes hace unos meses lloraban a moco tendido porque según ellos en Cataluña se "adoctrina" a sus hijos al contar versiones alternativas de la historia (algo que por supuesto no ocurre en ningún colegio religioso) y después pretenden imponer a la fuerza hacer que los niños pierdan varios minutos de clase para ponerse a cantar el himno en el aula en lugar de ponerse a aprender... qué se yo, ¿matemáticas? ¿Valores? Porque ese es otro tema: cuando enseñas un símbolo en un centro educativo has de explicar correctamente por qué se está alabando ese símbolo y qué representa, algo que no recoge esta ocurrencia promulgada por Vox. Lo contrario es la definición perfecta de adoctrinamiento, y recuerda a una época que nuestros padres y abuelos conocen perfectamente.

Un apunte legal. La reproducción del himno en este contexto no está recogido en las leyes. El real decreto 1560/1997 por el que se regula el himno nacional no contempla en los supuestos de su artículo 3 que el himno se reproduzca sin un motivo ceremonial, como puede ser en un aula. No es que esté prohibido, sino que la reproducción del himno del España está planteada para actos oficiales o institucionales, actos deportivos y actos a los que concurran delegaciones españolas. Además, la medida está tomada en un ayuntamiento, en un contexto local, por lo que, valga la redundancia, la medida sobre los actos simbólicos es simbólica. Es algo puramente voluntario, o de lo contrario estaría atentando contra la libertad del maestro o maestra, a quien estarías obligando a cantar el himno bajo coacción. Y que sepamos, nadie está obligado a cantarlo. Que existan represalias por no cantar el himno de España se acabó, en teoría, cuando murió el dictador Franco.

Es voluntario y es un potencial motivo de conflicto entre padres y profesores. Y quizá esa sea la idea, dar una razón más para encabronar a la gente de a pie entre ellos, ahora también en contextos educativos. Porque junto al padre que clama al viento "¿por qué mi hijo no puede escuchar el himno? ¿Qué eres, independentista?" estará el padre al que no le salga de las narices que su hijo, que le suspendió varias asignaturas el trimestre pasado, pierda el tiempo cantando el himno de un país que lo tiene en la cola del paro.

En resumen, es una búsqueda más de protagonismo. Lo mejor que podemos hacer ante ocurrencias de este tipo es ignorarlas y no darles más importancia de la que tiene. Por suerte, este tipo de ocurrencias son lo máximo que pueden hacer.

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